La encíclica Veritatis Splendor: su actualidad treinta años después

Autor: Miguel Ángel Fuentes
Páginas: 196
Formato: 12,5 x 20,5 cm.

Los momentos que nos toca vivir exigen, por otra parte, dar el merecido relieve a este documento, el más importante de doctrina moral de todo el magisterio de la Iglesia. Porque, en efecto, en los días que corren, todos los temas allí tratados han vuelto a montarse sobre la cresta de la ola; las teorías confutadas hace ya tres décadas —y, a mi modo de ver, de modo definitivo— han retomado, sin embargo, la voz cantante entre teólogos y pastores (en gran medida gracias al patrocinio de la prensa y de gran parte de la [pobre] intelectualidad católica y no católica a quien los dueños de la opinión pública permiten graznar libre aunque no gratuitamente). Por eso hay que volver a estudiarlo, entenderlo, profundizarlo y divulgarlo.

Esto muestra que los errores desmantelados en Veritatis splendor, aunque parecían muertos o, por lo menos agonizantes, solo se habían retirado a cuarteles de invierno esperando que pasara el chubasco que los dejó bien bañados. Como el ardid de la tanatosis, con el cual algunos animales simulan estar muertos para esquivar a sus depredadores (o para agredir a los desprevenidos), aquí también había quienes se hacían los extintos conteniendo la respiración. No era la primera vez. El modernismo lo ensayó para librarse de san Pío X cuando este los fulminó con su Pascendi; la Nouvelle Théologie (el morto che parla de los modernistas), volvió a recurrir (más tímidamente, por cierto) cuando Pío XII le puso rostro con la Humani generis; y lo mismo hizo luego Nuova Morale —pariente moral del anterior— cuando Juan Pablo II la paró en seco con la Veritatis splendor. Pero, una y otra vez, los teólogos fustigados por el magisterio, como el conde Drácula al rayar el alba, solo han dormitado en el cajón esperando que vuelva a caer sobre el mundo la noche ética en la que se mueven con tanta soltura. Precisamente, vivimos una nueva hora de vampiros.