Nuestra fundación
El Instituto del Verbo Encarnado, tuvo sus comienzos en Argentina, el 25 de marzo de 1984. El mismo día, su Santidad Juan Pablo II consagraba el mundo a la Santísima Virgen de Fátima.
Es un instituto clerical, del cual también forman parte religiosos que no son sacerdotes. Todos los miembros aspiramos a consagrarnos a Dios por la profesión de los consejos evangélicos. Lo hacemos emitiendo votos públicos, viviendo una vida fraterna en común, con el apartamiento propio de los religiosos. De este modo podamos tender a la perfección de nuestro estado.
El Carisma del Verbo Encarnado
Los religiosos del Verbo Encarnado queremos estar anclados en el misterio de la Encarnación. Acerca del cual ha dicho Juan Pablo II “es el misterio primero y fundamental de Jesucristo”. Y desde allí lanzarnos a “restaurar todas las cosas en Cristo” (Ef 1,10), buscando ser como otra Encarnación del Verbo para encarnarlo en todo lo humano. Somos consientes que, como enseña San Ireneo, “lo que no es asumido no es redimido”. De modo que nada de lo auténticamente humano nos es ajeno. A todo y a todos debe llegar la vida de la gracia que Jesucristo vino a traer al mundo.
En el esfuerzo en favor de la evangelización buscamos sacar luz y fuerzas del Misterio del Verbo Encarnado. Nos nutrimos de la bimilenaria sabiduría de la Iglesia y recurrimos a los métodos utilizados por los mejores de sus exponentes: los santos.
El Instituto está a disposición de los Obispos para asistirlos en sus Iglesias locales según lo soliciten. Ya sea proveyendo formadores para los seminarios y sacerdotes como para la atención de parroquias y colegios de diversos niveles. Nos dedicamos de modo especial a la predicación de misiones populares según el método de San Alfonso María de Ligorio y de Ejercicios Espirituales según San Ignacio de Loyola. El vasto campo de la evangelización de la cultura ha permitido abrirnos a numerosas tareas apostólicas, como las diversas obras de misericordia y el trabajo en los medios de comunicación social.
Ejercicios Espirituales Ignacianos
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Ediciones Magthas y Ediciones Monte Pueyo
Nuestros sellos editoriales